El Centro Sociocultural “El Greco” de Madrid fué testigo de un recital de flamenco, ofrecido por el “Dúo Sonanta” de guitarras flamencas y por el cantaor Jesús Chozas. Aquí puedes leer una reseña del mismo.
El acto estuvo dividido en dos partes claramente diferenciadas: en la primera parte, el “Dúo Sonanta“, dueto de guitarras flamencas formado por Alberto Espejo y Pablo San Nicasio, nos ofreció algunos de los temas que forman parte de su repertorio.
Comenzaron con los verdiales “Caminos malagueños”, continuaron con el romance “Valentía” y por último interpretaron una versión guitarrística de “La Zarzamora” de Lola Flores. Este dúo venía ya de dar dos conciertos esta misma semana, así que tenían los temas bien preparados y los automatismos bien adquiridos. Solamente el fuerte calor del escenario, más intenso de lo habitual (y de lo deseable), fruto de los focos que lo iluminaban, amenazó en algún momento con llegar a suponer un contratiempo, pero afortunadamente Alberto y Pablo supieron lidiar con ello.
En la segunda parte, se unió a ellos el cantaor Jesús Chozas, amigo y colaborador habitual de estos guitarristas. Comenzó cantando una Soleá – Bambera con un cambio en el remate, en la última estrofa, que hace que termine de forma más intensa. Continuó con un ramillete de estrofas históricas por mirabrás y terminó con unos tientos rematados en zorongo. Como guinda a este recital, y a petición del público, Jesús Chozas interpretó una saeta de pie en la parte frontal del escenario y sin ningún tipo ni de amplificación ni de acompañamiento.
En palabras de una de las asistentes al concierto: “Jesús cada día canta mejor”. Su voz es clara, hermosa, muy flamenca, expresiva y tiene una potencia que Jesús sabe regular con maestría para ofrecer fragmentos de mayor suavidad y momentos de gran intensidad dramática. Además, el conocimiento enciclopédico que tiene Jesús de los cantes, hace que en cada recital suyo encontremos palos no muy conocidos y que además de disfrutar del buen cante aprendamos algo nuevo de su mano. Jesús Chozas es la viva imagen de la dignidad del cantaor flamenco y la negación de algunos tópicos: siempre puntual, perfectamente vestido, en buenas condiciones de voz, con buena interacción con el público y “clavando” los temas, entre los que siempre incluye palos poco escuchados. Un lujo para los oídos y un tesoro para la afición madrileña.